lunes, 16 de noviembre de 2009
TURISMO EN RIBERALTA
AVENIDA BENI-MAMORE DE LA CIUDAD DE RIBERALTA
La avenida Beni-Mamoré es una de las avenidas más largas y anchas de Bolivia, considerando su ubicación dentro de una misma ciudad. Su longitud inicial era de 3 kilómetros, pero a medida del crecimiento poblacional y el nacimiento de nuevos barrios y urbanizaciones se fue extendiendo hacia el cuadrante naciente, creciendo hasta los 7 kilómetros y medio, inclusive.
El villorio de Riberalta, con apenas mil habitantes permanentes y unos mil flotantes alrededor del año 1900, no tenía un trazo definido y su plan regulador era inexistente, creciendo sin mayor planificación al azar de los asentamientos favorecidos con el auge de la explotación cauchera en todo el norte del país.
Luego del Guerra del Acre y los tratados firmados con la República Federativa del Brasil, los villorrios continuaron su frenético crecimiento incluido Riberalta y la propia frontera en el denominado Puerto Sucre, hoy la ciudad de Guayaramerín.
Como consecuencia de la guerra y la firma del Tratado de Petrópolis, el vecino Brasil se comprometió a poner en marcha el ferrocarril Madeira –Mamoré, extendiéndose desde el territorio de Porto Velho, punto de colonización cauchera en el estado de Amazonas, hasta la frontera con Bolivia en las Cachuelas de Guayaramerín y desde allí en una extensión de 90 kilómetros hasta Riberalta y el río Beni. Es decir uniendo las riberas de los ríos Mamoré y Beni, esto incluía la construcción de un puente internacional en la frontera.
En el marco de este proyecto las autoridades de Riberalta dispusieron la inmediata habilitación del espacio urbano que permitiera el paso del ferrocarril, desde el cuadrante norte que abarcaba la ribera del río Beni, pasando por la plaza de armas en dirección sur hasta colindar con la estrada gomera que se extendía desde inmediaciones de la actual base aérea, por el arroyo que actualmente se encuentra canalizado. En los alrededores existían plantaciones de café, plátano y caña, principalmente.
El espacio habilitado dentro del plano urbano de Riberalta abarcaba 40 metros de ancho y mil metros de longitud, hasta la orilla del río Beni por un costado del cementerio general, creándose el Puerto Beni- Mamoré de nutrida actividad de carga, pesca y comercio. De ahí el nombre con que fue bautizada esta vía, lista para asentar los durmientes del ferrocarril Madeira – Mamoré- Beni.
En la década de 1940, pese al fracaso del proyecto ferrocarrilero, las autoridades encargaron al proyectista argentino Juan Alberdi el delineamiento de los trazos urbanos de Riberalta y la puesta en marcha de un sistema regulador que permitiera un crecimiento armónico y sostenido de la población.
Alberdi delineó los actuales patrones urbanísticos de Riberalta, con un sistema de damero perfecto y amplios trazos destinados a futuras avenidas que eviten problemas en el tráfico vehicular, además de permitir la ornamentación central que mitigue los efectos del calor tropical reinante durante gran parte del año.
Es ahí que la Av. Beni –Mamoré se convierte en la intersección principal de estos trazos en la nueva planimetría de Riberalta, manteniéndose sin modificaciones hasta la década del 70 aproximadamente.
Durante la gestión de la alcaldesa Elena Velasco de Urresti, en la década del 70, se efectúo una gran movilización de maquinaria desde la vecina República del Brasil, procediéndose a la limpieza, canalización, apertura y ripiado de calles y avenidas en la ciudad. En agradecimiento a este gesto la comuna y las principales autoridades y dirigentes de la ciudad dispusieron que la avenida se convierta en Avenida Brasil, en una extensión de 2 kilómetros y medio, unos 200 metros delante de lo que se conoce como mercadito San José.
Con la vigencia de la democracia municipal, desde 1987 aproximadamente se volvió a nombrar dicha avenida con su nombre histórico de Beni-Mamoré, aspecto que se mantiene hasta la fecha, sin mayores modificaciones. En 1991 el entonces alcalde Oscar Giese Villavicencio efectuó trabajos de limpieza y ripiado de la avenida, extendiendo su longitud desde el denominado “Siringalito”, hasta la parte posterior de la unidad educativa ELIM y un arroyo que cruza sus inmediaciones.
En la actualidad se extiende hasta los nuevos asentamientos de los barrios Palmar, 11 de octubre, Palmera, Centenario, Tarumá y los accesos a la carretera a la comunidad Warnes. De sus 7 kilómetros, los primeros 6 están en proceso de asfaltado, con la habilitación de obras de arte, canalizaciones, puentes, sectores ornamentales y alamedas, iluminación, etc., con financiamiento del Gobierno Nacional.
(Extractado del texto Apuntes para una Monografía de Riberalta. Autor: David Bernal Parada.)
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